sábado, 4 de agosto de 2012

Una alternativa de Protesta contra el Islam y la Sharia en Londres, "al mejor estilo Eva pero sin manzana"


Una alternativa contra la inhumana ley de la Sharia
 Nota con video  - "Ellas dicen que mientras, los Musulmanes estén dispuestos a explotarse para someter al mundo, nosotros estaremos dispuestas a desnudarnos para salvarlo."

Conocidas por episodios anteriores, como la Eurocopa 2012, las activistas ucranianas del grupo feminista Femen o las Topless Warrior han vuelto hacer de las suyas. 

Esta vez han sido detenidas por la policía londinense mientras se manifestaban desnudas en contra de la ley islámica, la Sharia, cerca del Puente de la Torre de esta ciudad.
Denuncian aparte que es intolerable que la organización de los Juegos Olímpicos permita que algunas deportistas musulmanas puedan competir con el velo islámico (hijab) o un pañuelo en la cabeza, ya que atenta contra sus derechos. 

Uno de estos casos han sido la judoca saudita Wojdan Shaherkani y su compatriota Sarah Attar, quien compite en atletismo.

Cabe recordar que la Sharía permite interpretaciones extremistas y tiene juicios que son infrahumanos, castigos prehistóricos y faltos de toda misericordia.

La mujer ha estado minusvalorada y lo sigue estando

Hoy, en la postmodernidad, aún existe la discriminación. Ciertamente, se han producido muchos avances en la sociedad y se han dictado leyes que inclinan a hacer creer en la consecución de la existencia de igualdad. Pero, en tanto que la mujer sea objeto de maltrato y violencia y utilizada en el servicio, en situaciones de intolerancia, racismo, xenofobia y desprecio, aquellos retrogrados musulmanes instalados en su poder y asidos a sus privilegios, la mujer lamentablemente no gozará de verdadera igualdad y auténtica dignidad.

En Nigeria, Safiya Hussini, acusada de cometer adulterio, se le condenó a lapidación en el 02; la República Federal Nigeriana había ratificado el año anterior la Convención contra la Tortura.
Hay muchas más Zafias; en Zamfara, a Bariya Ibrahim le propinaron cien latigazos al descubrirla en una supuesta relaciones extramatrimonial y otros ochenta por mentir cuando declaró que había sido violada por tres hombres.

La ley musulmana Sharia es inhumana, cae inmisericorde sobre los pobres, que sufren su miseria y se abrasan de dolor, pero permite que las castas privilegiadas encierren y burlen a las esposas divirtiéndose y pagando prostitutas de lujo en le derroche.



Actualmente, treinta países mantienen, en su legislación, los castigos físicos contra la mujer; los tribunales imponen, en orden penal o administrativo, castigos corporales y sanción humillantes y disciplinarias, amputación de miembros, la flagelación, marcado a fuego, en público y por funcionarios agradecidos; discapacidades permanentes y estigmas de criminales, violaciones y palizas de familiares y de mujeres de todo el mundo, que llegan hasta la pena de muerte en sus formas más brutales e inimaginables.

Todavía en Julio del 02, las tribus de Afganistán continúa aplicando leyes y costumbres antiquísimas e inhumanas, un tribunal popular condenó a una niña de dieciocho años a ser violada por cuatro hombres, uno de ellos miembro del tribunal tribal, para saldar la culpa de su hermano de doce años, apaleado brutalmente por la familia de la mujer de casta superior que mantuvo relaciones con el niño.

Una práctica legislativa, aunque sea de ámbito estatal y nacional, no legitima los actos inhumanos y opuestos al derecho internacional. Cumpliendo leyes injustas en la creencia de su rectitud, se halla, a diario, gente dispuesta a lapidar en aras de unos principios o por sustentar oscuros integrismos de refinada reacción y progresía.

Es preciso y vital implantar la justicia, la equidad y la sabiduría (Pr 1,3.5) en este mundo del relativismo, para que el hombre entienda que no es dueño de los bienes y de la vida y que debe eliminar el dolor y la miseria. Los fanatismos se ahorcan entre sí; las piedras han de quedar en los pedregales.
La mujer ya ha conseguido estar presente en muchos estadios de la sociedad, pero aún le quedan otros muy vedados y cerrados. El progreso avanza, la valía se impondrá.

Su condición natural de diálogo y de paz contribuirá siempre en este ambiente materialista al crecimiento de individuos que vivan la entrega, el servicio y el amor al prójimo, menos violentos y egoístas.

Allí donde exista la dirección y el ordenamiento de la mujer, la sociedad encontrará solución a muchos problemas y se creará un ambiente más libre, justo y dialogante.


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