miércoles, 11 de marzo de 2015

Terrorismo islámico Los principios ideológicos (vídeo)

Atentados contra la población civil
Los principios ideológicos comunes a todas estas líneas doctrinales consisten en el deseo de restaurar la grandeza originaria del islam desde el punto de vista espiritual y también temporal, la voluntad de reislamizar las sociedades musulmanas a partir de lo que ellos entienden como ortodoxia, la aspiración de que las estructuras políticas sean también islámicas y velen por la creación de un entorno acorde los principios religiosos (una recreación por tanto de la primera comunidad de creyentes donde no existía una independencia entre los ámbitos político y religioso), el deseo de lograr la unión de todos los musulmanes, y la voluntad de extender el islam por todo el planeta.

La concreción de estos objetivos y el modo de alcanzarlos, además del origen histórico particular de cada una de las corrientes pseudo-salafistas, o más bien corrientes que se han desviado del salafismo original que clama la moderación y condena la violencia injustificada, marcan la diferencia entre unos movimientos y otros.
Dentro de esa variedad de interpretaciones, la corriente del pseudo-salafismo yihadista considera que el empleo de la violencia es un instrumento aceptable a la hora de alcanzar determinados objetivos político-religiosos; objetivos que varían en función de cada grupo o red yihadista.
Madrasa o escuela islámica. Algunos demócratas pakistaníes, al igual que su expresidente de Pakistán Pervez Musharraf han acusado a las madrasas de ser nidos de terroristas y promover el terrorismo.

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El propio salafismo radical legitima la utilización de la violencia contra los infieles, ejecutada por los yihadistas. Su doctrina se basa en un retorno a las prácticas más puras del Islam. Consideran según ellos que deben interpretar rigurosamente el Corán. Escrituras que fueron dictadas por el propio Alá, a través del arcángel Gabriel, a Mahoma. Para la correcta interpretación del Corán debe basarse únicamente en el mismo Corán y en las Sunas. Esto excluye la tradición, la práctica popular e incluso cualquier clase de razonamiento externo. Múltiples organizaciones terroristas se excusan sus crímenes en las siguientes sunas.

    Di a los infieles que si cesan de enfrentarse se les perdonará lo pasado, pero si reinciden, combatid contra ellos hasta que dejen de induciros a apostatar y se rinda todo el culto a Alá

    Combatid contra quienes, habiendo recibido la escritura [es decir, los judíos y los cristianos] no creen en Alá ni en el último día, ni prohíben lo que Alá y su enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera. Luchad hasta que, humillados, paguen el tributo

    Matad o los que asocian deidades a Alá [los politeístas] dondequiera que los encontréis, capturadles, sitiadles, tendedles emboscadas por todas las artes. Si se arrepienten, rezan la oración y dan limosna, dejadles en paz, Alá es compasivo, es misericordioso.

Una de las motivaciones repetidas continuamente por los radicales y asumidas por los yihadistas es que el Corán promete bienaventuranzas a quienes combaten «en la senda de Dios» y especialmente a quienes mueren en dicho combate; aunque para muchos musulmanes esta clase de amonestaciones coránicas guerreras se circunscriben al contexto histórico de las batallas de los tiempos de Mahoma, otros ven en ellas una confirmación de lo correcto de la acción violenta, y parecen tener un papel importante en el ánimo de los terroristas suicidas.

    Los que teman a Alá estarán, en cambio, en lugar seguro, entre jardines y fuentes, vestidos de satén y de brocado, unos enfrente de otros. Así será. Y les daremos por esposas a huríes de grandes ojos. Pedirán allí en seguridad, toda clase de frutas” (Corán 44: 51-55)

El mundo islamista radical interpreta la libertad como corrupción y hedonismo, los gobiernos islamistas radicales suelen establecer un férreo control sobre la población. Consideran el cine, la televisión, o la música como herramientas diabólicas que son utilizadas por los enemigos del Islam para extender la depravación y degeneración sobre el mundo islámico. Los gobiernos islamistas radicales suelen extender prohibiciones sobre estas. En diciembre de 1996, tras la entrada en Kabul de los talibán, Radio Sharia difundió dieciséis decretos que marcaron una nueva pauta.

El yihadismo chiita

Si bien el yihadismo es considerado una desviación del salafismo, y una utilización política de grupos de origen suní, dentro del chiismo ha tenido mucho auge.

La revolución islámica iraní que dio el poder al ayatolá Ruhollah Jomeini en 1979 fue un ejemplo y un impulso para el movimiento yihadista mundial. Sus tácticas sirvieron de inspiración para numeroso ideólogos sunitas, como en la guerra santa contra el régimen pro occidental del Sha o la guerra contra Irak. Antes de la revolución de 1979, la promoción de la islamización política mediante la violencia había sido practicada por los Fedayines del Islam de Navvab Safaví.

Las enciclopedias suelen definir Yihad como el combate contra infieles y apóstatas en nombre de Alá. La palabra Yihad deriva del árabe yahd que significa “esfuerzo”, especialmente en el sentido guerrero y bélico. Según Samir Khalil, la palabra Yihad se emplea en el Corán con es sentido la lucha por Dios o lucha por el camino de Dios Yihad fi sabil Allah.

La Yihad es un concepto esencial en el Islam, y en consecuencia lo es también su manipulación y abuso por parte de los radicales e islamistas, es uno de los pilares fundamentales sobre los que justifican sus crímenes y atrocidades. Para todo musulmán la Yihad, sea la mayor o la menor constituye la obligación más importante después del cumplimiento de los cinco pilares del islam: la shahada o profesión de la fe, las cinco oraciones diarias, el zaqat o limosna, el ayuno en el sagrado mes del Ramadán y, por último; realizar -si los medios y la salud lo permiten, el hajj o peregrinación mayor a La Meca al menos una vez en la vida.

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